miércoles, 25 de septiembre de 2013

LA VALORACION DE LOS SIGNOS VITALES


Los signos vitales: temperatura, respiración, pulso y tensión arterial son parámetros a través de los cuales es posible evaluar la salud de un individuo, pues sus valores se mantienen constantes dentro de ciertos límites, en estado de normalidad.


La valoración de los signos vitales es una de las funciones del personal de enfermería que permite detectar alteraciones potenciales o reales, modificatorias del equilibrio sico-físico del individuo. Esta valoración constituye el punto de partida en la toma de decisiones objetivas que determinan un cuidado reflexivo e individualizado al paciente.




La  temperatura  es  una  magnitud  física  que  expresa  el  nivel de  calor  que  ostenta  un  cuerpo  determinado,  un  objeto,  un ambiente,  entre otros,  en tanto,  la misma se encuentra estrechamente  vinculada  a  las  nociones de frío (menor temperatura)  y  de  calor  (mayor temperatura).

Entonces, la temperatura corporal será el nivel de calor o no que presenta un cuerpo determinado.

La temperatura normal del cuerpo humano, por ejemplo, variará de acuerdo a la persona, el sexo, el consumo de líquidos y alimentos, la edad que tenga, la actividad que realiza, el momento del día en que se encuentre y en el caso específico de las mujeres, de la fase de ciclo menstrual en que se encuentren; el valor promedio aceptado es de 37° C o 98,6° F, la temperatura que pasa los 38°, normalmente, implicará que el sujeto presenta una infección o una enfermedad.



¿Qué es el pulso?
El ritmo del pulso es la medida de la frecuencia cardiaca, es decir, del número de veces que el corazón late por minuto. Cuando el corazón impulsa la sangre a través de las arterias, las arterias se expanden y se contraen con el flujo de la sangre.

Al tomar el pulso no sólo se mide la frecuencia cardiaca, sino que también puede indicar:
                 * El ritmo del corazón.

                 * La fuerza de los latidos.



El pulso normal de los adultos sanos oscila entre 60 y 100 latidos por minuto. El pulso puede fluctuar y aumentar con el ejercicio, las enfermedades, las lesiones y las emociones. Las niñas de 12 años de edad y las mujeres en general, suelen tener el pulso más rápido que los hombres. Los deportistas, como los corredores, que hacen mucho ejercicio cardiovascular, pueden tener ritmos cardiacos de hasta 40 latidos por minuto sin tener ningún problema.




¿Qué es la frecuencia respiratoria?
La frecuencia respiratoria es el número de veces que una persona respira por minuto. Se suele medir cuando la persona está en reposo, y consiste simplemente en contar el número de respiraciones durante un minuto contando las veces que se eleva su pecho. La frecuencia respiratoria puede aumentar con la fiebre, las enfermedades y otras condiciones médicas. Cuando se miden las respiraciones también es importante tener en cuenta si la persona tiene dificultad para respirar.




La frecuencia respiratoria normal de un adulto que esté en reposo oscila entre 15 y 20 respiraciones por minuto. Cuando la frecuencia es mayor de 25 respiraciones por minuto o menor de 12 (en reposo) se podría considerar anormal.





El concepto de presión sanguínea es el que se aplica a la fuerza que el torrente sanguíneo ejerce sobre los espacios por los cuales circula (vasos capilares, venas, arterias) de modo de ser distribuida por todo el organismo. El sistema circulatorio se basa en la circulación permanente y constante del flujo de sangre desde el corazón hasta los lugares más lejanos siempre a través de venas o arterias. Esta circulación tiene un ritmo que puede ir variando dependiendo de factores muy diversos y que marca la presión sanguínea.











No hay comentarios:

Publicar un comentario