sábado, 19 de octubre de 2013
jueves, 17 de octubre de 2013
QUÉ ES LA DIABETES MELLITUS?
La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa
(azúcar) de la sangre están muy altos. La glucosa proviene de los alimentos que
consume. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las
células para suministrarles energía.
En
la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. En la diabetes tipo 2,
el tipo más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina adecuadamente. Sin
suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre.
Con el
tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas serios.
Puede provocar lesiones en los ojos, los riñones y
los nervios.
La diabetes también puede causar enfermedades cardíacas, derrames
cerebrales e incluso la necesidad de amputar un miembro. Las mujeres
embarazadas también pueden desarrollar diabetes, la llamada diabetes
gestacional.
La
diabetes afecta a entre el 5 y el 10% de la población general, esta variación
depende de los estudios consultados. Debe tenerse en cuenta que se estima que
por cada paciente diabético conocido existe otro no diagnosticado. Su
frecuencia aumenta significativamente con la edad y también con el exceso de
peso y la vida sedentaria, por estos motivos se espera un importante aumento
del número de diabéticos en los próximos decenios.
- Diabetes Tipo 1: resultado de la
destrucción de las células del páncreas que producen la insulina (células
beta) y que predispone a una descompensación grave del metabolismo llamada
cetoacidosis. Es más típica en personas jóvenes (por debajo de los 30
años).
- Diabetes Tipo 2: Caracterizada por
resistencia a la insulina que puede estar asociada o no con una
deficiencia de insulina y que puede estar presente con muy pocos síntomas
durante mucho tiempo. Esta forma es más común en personas mayores de 40
años aunque cada vez es más frecuente que aparezca en sujetos más jóvenes.
- Diabetes Gestacional: diabetes cuyo inicio se
reconoce durante el embarazo. Las mujeres que la padecen deben ser
estudiadas después del parto ya que la diabetes puede o no persistir
después.
- Otras formas de diabetes: condiciones variadas que
consisten básicamente en formas específicas, genéticas de diabetes, o
diabetes asociada con otras enfermedades o el uso de fármacos. Entre las
más comunes están las enfermedades del páncreas y el uso de corticoides en
algunos tratamientos.
- Metabolismo Alterado de la
Glucosa Existen
algunas situaciones clínicas intermedias entre la normalidad y la diabetes
confirmada, se conocen como situaciones de Metabolismo Alterado de la
Glucosa, actualmente se ha vuelto a rescatar para denominarlas el término
prediabetes que estuvo abandonado durante algunos años. Esta alteración se
caracteriza por:
- Alteración metabólica
intermedia entre la normalidad y la diabetes.
- Son un factor de riesgo
para desarrollar diabetes mellitus y enfermedades cardiovasculares.
Los
síntomas que produce la enfermedad son diferentes dependiendo del tipo de
diabetes.
En la
forma más común que es la tipo 2 los síntomas pueden ser escasos o poco
llamativos:
- Sed
- Aumento de la cantidad de
orina
- Aumento del apetito
- Picores
- Infecciones
- Enfermedades cardiovasculares
asociadas
La
diabetes se diagnostica midiendo la cantidad de glucosa en la sangre
(glicemia). La forma ideal es medirla en la sangre venosa y con la persona en
ayunas. A esta cifra la denominamos glicemia basal.
Hay otras
formas y circunstancias de medir la cantidad de glucosa en la sangre; la
glucosa medida en sangre capilar (pinchando un dedo) o en las personas que no
están en ayunas, estas cifras pueden ayudar o incluso orientar al diagnóstico,
pero la que se debe emplear como fiable para el diagnóstico, es la glucosa en
sangre venosa y con el sujeto en ayunas (glicemia basal en plasma venoso).
Existe
una prueba llamada prueba de tolerancia oral a la glucosa (PTOG) que consiste
en administrar una cantidad determinada de glucosa a la persona en ayunas y
comprobar como se comporta la glucosa en la sangre a lo largo de un cierto
tiempo. Eso nos permite saber si esa persona tiene alterados los mecanismos de
metabolización de la glucosa. Esta prueba hoy en día se usa casi en exclusiva
en las mujeres embarazadas.
Cuáles
son las cifras de glucosa en sangre normales?
La cifra
de glucosa en sangre se considera normal cuando es menor de 110 mg/dl.
HABLAMOS
DE DIABETES MELLITUS SI…
- La glicemia en ayunas en
plasma venoso es mayor o igual 126 mg/dl (7 mmol/l) al menos en dos
ocasiones.
- Hay síntomas de diabetes (ver
arriba) y una glicemia al azar en plasma venoso mayor o igual 200 mg/dl
(11,1 mmol/l). Aunque no se esté en ayunas. No es necesaria una segunda
determinación.
- La glicemia en plasma venoso
a las 2 horas de la prueba de sobrecarga oral con 75 g de glucosa es mayor
o igual a 200 mg/dl (11,1 mmol/l).
Se ha
demostrado que sólo las personas de cierto riesgo deben ser investigadas para
detectar una posible diabetes silente; estos son:
- Mayores de 45 años (cada 3
años)
- A cualquier edad y cada año
si:
- Tienen antecedentes de
diabetes gestacional, Intolerancia a glucosa o Glucosa Basal Alterada.
- Mujeres con antecedentes de
hijos nacidos con más de 4,5 kg.
- Personas con exceso de peso
(Indice de masa corporal mayor o igual a 27 kg/m2 o mayor o igual a 120%
del peso ideal).
- Personas con con
diagnóstico de hipertensión arterial.
- Colesterol HDL menor o
igual a 35 mg/dl y/o triglicéridos mayores de 250 mg/dl
- Historia familiar de
diabetes en primer grado.
Método
Recomendado: Glicemia
en ayunas (GB) en plasma venoso.
miércoles, 16 de octubre de 2013
La diabetes... cómo vivir con ella
KATHY es una mujer joven. Cuida de su dieta y vigila su peso, hace suficiente ejercicio y sigue las instrucciones de su médico. También se inyecta insulina todos los días. Kathy es una de las millones de personas que padecen de diabetes. A pesar de las precauciones que toma, Kathy reconoce: “Nunca puedo saber de antemano cuál será la cantidad de azúcar en la sangre. Una tarde puede estar en 300. Al otro día, siguiendo el mismo programa, puede que esté en 50 y caiga en coma hipoglucémico”. No hace mucho ella desarrolló una infección que no quería curársele, y tuvo que pasar varias semanas en el hospital.
Mae es una mujer mayor. No cuida de su dieta y, por consiguiente, tiene 23 kilogramos (50 libras) de sobrepeso. Reconoce que no sigue al pie de la letra las instrucciones de su médico. Le resta importancia al hecho de que la cantidad de azúcar en la sangre a menudo sube a más de 300, y se niega a inyectarse insulina. Aunque toma su píldora para la diabetes todos los días, para sorpresa de todos, parece que no está preocupada por su enfermedad.
Aunque parecen tan diferentes, ambas mujeres tienen la misma enfermedad. Se llama diabetes mellitus.
¿Por qué hay tanta diferencia entre un caso y otro? Más importante aún, ¿qué pueden hacer ellas para vivir con su enfermedad, la diabetes?
¿Qué es la diabetes?
Primero tenemos que entender lo que es la diabetes. Un factor clave de la enfermedad tiene que ver con la producción de insulina en el cuerpo, una hormona que el páncreas segrega. La insulina permite que el cuerpo obtenga azúcar de la corriente sanguínea y la lleve a las células, donde se utiliza como fuente de energía o se almacena.
Sin embargo, si el cuerpo no produce suficiente insulina, a las células llega muy poco azúcar para producir energía o ser almacenado. En lugar de eso, el azúcar se va acumulando en la sangre hasta alcanzar niveles altos y comienza a causar problemas. En otras palabras, en eso consiste la diabetes.
Y hay dos tipos principales de la enfermedad, como lo ilustran los casos de Kathy y de Mae.
En el caso de Kathy, a la enfermedad se le llama diabetes mellitus dependiente de la insulina, o diabetes del tipo I.
El problema en este caso consiste en que el páncreas no puede producir insulina. Descubrimientos recientes indican que, por lo menos en algunos casos, infecciones virales pueden causar este tipo de diabetes. La persona que padece de este tipo de diabetes por lo general lo contrae mientras es joven (menos de 30 años de edad), usualmente es delgada, y necesita inyecciones de insulina para vivir.
En el caso de Mae, a la enfermedad se le llama diabetes mellitus no dependiente de la insulina, o diabetes del tipo II.
A menudo se le llama diabetes que comienza en la edad adulta, y difiere de la del tipo I. El problema en este caso no consiste en que el páncreas no produzca insulina, sino en que no produce suficiente. Mucha de la insulina que produce la absorben las células de grasa. El páncreas no puede producir suficiente insulina para dar abasto, y aumenta el azúcar en la sangre. Por lo general las personas que padecen de este tipo de diabetes tienen más de 30 años de edad, son obesas, y muchas veces se las pueden arreglar sin inyectarse insulina. Parece que ellas también tienen mayor probabilidad de heredar la diabetes.
Tratamiento para la diabetes del tipo I
La diabetes que tiene Kathy, la del tipo I, es mucho más grave, aunque menos común. Podría parecer que la solución a la diabetes del tipo I es sencilla... simplemente suministrar insulina. Sin embargo, aunque las inyecciones de insulina pueden mantener vivo al diabético, no pueden encargarse de las fluctuaciones que hay cada minuto en el nivel de insulina que el cuerpo necesita.
Para reducir al mínimo las complicaciones de la diabetes, como lo son la ceguera o las enfermedades renales, es importante reducir la cantidad de azúcar en la sangre y en la orina. Se requiere imitar las fluctuaciones normales y frecuentes de la insulina en el cuerpo.
Pero la cuestión es cómo hacerlo.
El tratamiento abarca dos aspectos:
1) mantenimiento preventivo y
2) reposición de la insulina.
Respecto al mantenimiento preventivo, se deben tomar medidas para reducir al mínimo las fluctuaciones diarias en las necesidades de insulina del cuerpo. Un factor vital es el alimento que la persona consume, pues es esto lo que el sistema digestivo convierte en glucemia o azúcar en la sangre. La persona prudente que tiene diabetes del tipo I pronto aprende que es preciso que lleve una dieta bien regulada. Esto abarca los carbohidratos más complejos, al igual que las grasas y las proteínas. En esta dieta se evita el consumo de azúcar, miel, pasteles o bizcochos, refrescos con un alto contenido de azúcar, y otros dulces parecidos. Estos carbohidratos llegan rápidamente a la corriente sanguínea.
El cuerpo debe recibir esta dieta a intervalos regulares. Si el diabético se descuida y come lo que le apetezca a cualquier hora, el nivel de insulina y el de glucemia se desequilibran inmediatamente. Esto deja a la persona expuesta a enfermedad grave que ataca rápidamente o a complicaciones a largo plazo como resultado de la enfermedad.
El ejercicio disminuye el nivel de glucemia. Por eso el paciente que padece de diabetes del tipo I y es concienzudo incluye el ejercicio en su rutina diaria, y se asegura de tener disponible una fuente inmediata de azúcar (como un caramelo duro) en caso de que el ejercicio le baje demasiado el nivel de glucemia. Esto podría producirle un coma hipoglucémico.
Las emociones, también, pueden hacer estragos en el nivel de glucemia, y pueden ser una causa del poco autodominio con relación a la dieta. Debe darse tratamiento inmediato a las infecciones y las enfermedades, puesto que estas pueden ocasionar muchas fluctuaciones en los niveles de glucemia.
Sin embargo, a pesar de tomar en cuenta todos estos factores, puede que al paciente que tiene diabetes del tipo I, como Kathy, le sea aún difícil estabilizar el nivel de azúcar en la sangre. ¿Qué puede hacer entonces?
El segundo aspecto principal del tratamiento es el uso de inyecciones de insulina. Cuando se desarrolló la insulina hace más de 60 años, esta resultó ser un medicamento que salvó la vida a muchos diabéticos. Y más tarde se consideró inicialmente como una gran ventaja el inyectarse insulina una sola vez al día.
Aunque las inyecciones diarias son más convenientes, las complicaciones a largo plazo, como el endurecimiento de las arterias, son motivo de cierta preocupación. Por lo tanto, algunos recomiendan que se administren inyecciones más frecuentes de acción breve para que haya un control más estricto del nivel de glucemia en el transcurso del día. Varios adelantos recientes han contribuido a que esto no solo sea posible, sino también práctico.
A uno de los adelantos para vigilar y controlar la glucemia se le ha llamado “el primer adelanto terapéutico verdaderamente significativo desde el descubrimiento de la insulina”. Mediante el uso de una máquina portátil sencilla, el diabético puede analizar la cantidad de azúcar en la sangre varias veces al día. Así puede hacer sus propios ajustes frecuentes en la dosis de insulina y aproximarse lo más posible a los niveles constantes y normales de azúcar en la sangre.
Una de las desventajas de vigilar y controlar la diabetes en el hogar es que el diabético tiene que darse un pinchazo en un dedo para el análisis de sangre. Pero se han diseñado lancetas especiales con este propósito, y los que han llegado a hacerse expertos en el procedimiento dicen que en realidad no es tan malo. Otra desventaja es el costo de la máquina. Sin embargo, con el adelanto en la tecnología, el costo de esta debe bajar.
Entre otros adelantos figura la invención de agujas para inyectar insulina que son más baratas, desechables y sumamente puntiagudas. Estas han hecho que las inyecciones de insulina sean menos dolorosas. Además, no hay que refrigerar la insulina que hay disponible hoy día, lo cual evita inconvenientes serios cuando se sale de viaje.
También, ya está en el mercado una insulina que es equivalente a la insulina humana y a menudo se recomienda para los pacientes a quienes recientemente se les ha descubierto la diabetes del tipo I. También son nuevos el inyector de insulina presurizado, que no necesita aguja, y la bomba de infusión de insulina. La bomba es un inyector portátil de insulina que el paciente lleva en el cinturón. Esta inyecta insulina constantemente a través de una aguja que se halla en la cavidad abdominal. La bomba de infusión, aunque se utiliza hoy día, muchos médicos la consideran un poco peligrosa, y debe usarse solo bajo la supervisión de un especialista.
Con relación a los niños que padecen de diabetes del tipo I, una tendencia reciente ha sido la de preocuparse menos acerca de la dieta. Algunos piensan que pueden llevar una dieta relativamente normal y entonces compensar esa dieta con la cantidad de insulina que sea necesaria. Por supuesto, estos niños todavía no deben comer muchos dulces. La verdadera base para que lleven una vida relativamente normal parece ser el vigilar y controlar estrictamente la glucemia y hacer ajustes frecuentes en la cantidad de insulina.
Tratamiento para la diabetes del tipo II
No ha habido tantos adelantos en el tratamiento de la diabetes más común, la del tipo II. Como se señaló, el problema no yace en que el páncreas no pueda producir insulina. Lo que sucede es que el páncreas no produce suficiente insulina para satisfacer las crecientes demandas de insulina por parte del cuerpo, que por lo general la obesidad agrava.
Aunque muchos diabéticos usan píldoras, la función de ellas es estimular al páncreas a producir más insulina. Pero hay un límite en lo que se refiere a cuánto se puede ‘espolear a un caballo cansado’, en este caso, un páncreas cansado. Un buen régimen alimentario que ayude a adelgazar y a disminuir el consumo de azúcares simples, junto con una cantidad razonable de ejercicio, puede ser más útil.
Si la dieta, el ejercicio y el abstenerse de dulces no contribuyen a que la glucemia disminuya lo suficiente, entonces puede que al paciente se le receten píldoras. En cuanto a este asunto las opiniones varían. Hay médicos que prefieren usar inyecciones de insulina en vez de píldoras, incluso cuando se trata de casos de diabetes del tipo II. Puede que las píldoras tengan efectos secundarios, y hay una cuestión en cuanto a si estas en realidad pueden prevenir complicaciones a largo plazo, o no.
En cada caso, médicos competentes tienen que sopesar todos los factores antes de recomendar algún tratamiento. Y el diabético tiene que sopesar las recomendaciones y tomar la decisión final en cuanto a lo que hará.
Viviendo con la diabetes
Por lo tanto, según el tipo de diabetes de que padezca la persona, hay que dar diversos pasos para hacerle frente. Para el que tiene la diabetes del tipo II, la solución puede ser llevar una dieta y perder peso. Pero cierto médico declaró: “Seamos realistas; la experiencia me ha mostrado que hay poca probabilidad de que eso suceda. En la mayoría de los casos estoy preparado para dar a mis pacientes píldoras o aun insulina desde el principio”.
Para el que tiene la diabetes del tipo I, la solución para vivir con su enfermedad no es tan sencilla. En parte, también, la respuesta en este caso quizás no se halle en el tratamiento médico, sino en la actitud de la persona hacia la diabetes. Es cierto que no es algo agradable la expectativa de tener que inyectarse todos los días, tal vez varias veces al día, ni la del punzarse un dedo para examinar la glucemia. Tampoco es fácil tener que asegurarse de organizar la vida de uno de modo que coma alimentos parecidos a intervalos regulares más o menos a la misma hora todos los días, y planear debidamente los períodos de ejercicio y descanso.
Al mismo tiempo, el ver las cosas de manera realista significa aceptar el hecho de que actualmente no hay cura para la diabetes. Pero sí hay tratamientos que, aunque requieren disciplina, pueden mantener a los diabéticos vivos y razonablemente saludables por muchos años más que lo que sería el caso de no haber disponible ningún tratamiento.
Actitudes que deben evitarse
Es preciso evitar dos extremos en lo que toca a las actitudes. Por una parte, es preciso que la persona que tiene diabetes evite ser descuidada en cuanto a su problema, y no siga consejo médico sano, quizás con la esperanza de que el problema desaparezca. No desaparecerá.
Por otra parte, puesto que las emociones ocasionan fluctuaciones erráticas en los niveles de glucemia, podría ser contraproducente preocuparse excesivamente por el problema. No ayuda en nada el estar en temor constante y dedicarse al cuidado compulsivo de la diabetes, excluyendo actividades normales. Aunque es preciso que la vida del diabético esté regulada, la gran mayoría de ellos pueden llevar una vida bien organizada.
VIDEO DIDACTICO SOBRE LA DIABETIS
jueves, 10 de octubre de 2013
martes, 1 de octubre de 2013
Tecnica de puncion intra-venosa:
TÉCNICA DE PUNCION INTRAVENOSA
Procedimiento utilizado para aplicar un medicamento o líquido dotado de
propiedades terapéuticas directamente al torrente circulatorio a través de una
vena periférica.
Existen dos formas de inyección por vía endovenosa:
• INYECCIÓN ENDOVENOSA: Cuando se administran pequeños volúmenes de líquido.
• VENOCLISIS O INFUSIÓN E.V: Cuando se administran grandes cantidades de
líquido (500 ml o más). Esto generalmente se hace a goteo lento. Si el líquido
administrado fuera sangre se denomina TRANSFUSIÓN.
Es la administración
de grandes cantidades de líquido por vía endovenosa mediante un sistema de
goteo, en forma prolongada. Los líquidos a administrar pueden ser:
- Sueros,
- Electrolitos,
- Nutrientes,
- Sangre, etc.
- Plaquetas
- Glóbulos rojos
- Glóbulos blancos
- Plasma
- Células progenituras o “Stem cell”
La inyección endovenosa puede aplicarse en cualquier vena accesible del cuerpo, pero por lo general se eligen las venas del pliegue del codo, en especial las venas mediana, mediana-basílica y mediana-cefálica.
También puede hacerse en las venas cubital, radial y en las del dorso de la mano, pero, para evitar una posible lesión de los nervios sensitivos superficiales de la zona, es aconsejable aplicar la inyección IV en las venas del lado externo del pliegue del codo.
COMPLICACIONES:
➢ Extravasación: ocurre cuando por descuido se
inyecta el medicamento al tejido peri vascular, pudiendo producirse inflamación
o necrosis a ese nivel.
➢ Sufusiones Hemorrágicas: ocurre cuando se
perfora toda la vena (pared anterior y posterior). De modo que la sangre escapa
al tejido peri vascular, formándose un hematoma que suele desaparecer
espontáneamente.
➢ Flebitis: es la inflamación de las paredes de
la vena, originada por la acción local del medicamento (generalmente se trata
de un fármaco irritante, por ejemplo: cloruro de calcio)
➢ Shock De Velocidad: puede aparecer luego de una
inyección E.V. rápida. Se manifiesta por una caída brusca de la presión
arterial, con mareos, pérdida del conocimiento, náuseas, vómitos e incluso
muerte en pocos minutos. Su tratamiento es igual al de la anafilaxia.
➢ Embolia Gaseosa: ocurre al inyectar aire a la
circulación.
➢ Fiebre: puede ocurrir luego de 1 a 3 horas de
aplicar una inyección E.V, sobre todo si es de gran volumen. Suele manifestarse
por una hipertermia de hasta 40ºC, a veces acompañado de escalofríos. Es un
fenómeno muy raro que cede espontáneamente.
➢ Transmisión de infecciones (hepatitis b, sida,
etc.): ocurre cuando se utiliza equipo reusable mal esterilizado. Luego de
inyectar a un sujeto infectado el equipo queda contaminado y, si éste no es
bien esterilizado existe el riesgo de transmitir la infección a otra persona a
quien se inyecta con el mismo equipo.
jueves, 26 de septiembre de 2013
El Circulo del Odio.... Tu Puedes Romperlo
El dueño de una empresa le gritó a su administrador, porque en ese momento estaba muy nervioso.
El administrador llegó a su casa y le gritó a su esposa, acusándola de gastar demasiado, al verla con un vestido nuevo.
La esposa le gritó a la empleada porque había roto un plato.
La empleada le dio un puntapié al perro porque la hizo tropezar.
El perro salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por la calle, porque le molestaba su presencia.
Esa señora fue al hospital para que le curaran las heridas y le gritó al médico porque al curarla le hizo daño.
El médico llegó a su casa y le gritó a su madre, porque la comida no estaba en su punto.
La madre le acarició los cabellos y le dijo: Hijo, mañana te haré tu comida favorita.
“Tú trabajas mucho, estás cansado y necesitas de una buena noche de sueño. Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y perfumadas, para que descanses profundamente y mañana te sentirás mejor”.
Luego lo bendijo y salió de la habitación, dejándolo descansar.
En ese momento, se interrumpió el CÍRCULO DEL ODIO, porque chocó con la PACIENCIA, el PERDÓN y el AMOR."
No sigas forjando odio, no contribuyas, no dañes y no te dañes. Se puede ser el cambio a través del amor, la paciencia y el perdón, se luz y alumbra no te permitas dar sombras. Da luz. Da paz. Da Cariño... o Simplemente da AMOR.
El administrador llegó a su casa y le gritó a su esposa, acusándola de gastar demasiado, al verla con un vestido nuevo.
La esposa le gritó a la empleada porque había roto un plato.
La empleada le dio un puntapié al perro porque la hizo tropezar.
El perro salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por la calle, porque le molestaba su presencia.
Esa señora fue al hospital para que le curaran las heridas y le gritó al médico porque al curarla le hizo daño.
El médico llegó a su casa y le gritó a su madre, porque la comida no estaba en su punto.
La madre le acarició los cabellos y le dijo: Hijo, mañana te haré tu comida favorita.
“Tú trabajas mucho, estás cansado y necesitas de una buena noche de sueño. Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y perfumadas, para que descanses profundamente y mañana te sentirás mejor”.
Luego lo bendijo y salió de la habitación, dejándolo descansar.
En ese momento, se interrumpió el CÍRCULO DEL ODIO, porque chocó con la PACIENCIA, el PERDÓN y el AMOR."
No sigas forjando odio, no contribuyas, no dañes y no te dañes. Se puede ser el cambio a través del amor, la paciencia y el perdón, se luz y alumbra no te permitas dar sombras. Da luz. Da paz. Da Cariño... o Simplemente da AMOR.
miércoles, 25 de septiembre de 2013
Valorar la palabra...!
Aunque es una excepción, aún existen
culturas en las que se resuelven conflictos y se sellan negocios con la palabra
como único “comprobante” de los acuerdos a los que han llegado.
Para quienes desarrollamos nuestras
actividades en las grandes ciudades, esto sería impensable. Todo tiene que
quedar por escrito, sellado y confirmado por la ley; de lo contrario, no
existe.
Triste realidad. Que la palabra haya
perdido su peso, su importancia, su veracidad. Que las personas no puedan fiare
de la palabra del otro y tengan que tener un documento de por medio para poder
exigir que se cumpla lo pactado. Y aun así, que existan casos en los que ni
este “testigo” sea suficiente.
La palabra nos define, es un reflejo de
nuestra personalidad y de nuestro pensamiento, de nuestra posición ante las
situaciones que nos rodean. De allí, que sea tan importante que la respetemos
porque si lo hacemos, es respetarnos a nosotros mismos. Una palabra pronunciada
perdura y no puede borrarse.
Por eso, antes de dar nuestras palabras
debemos detenernos a pensar sobre su alcance y sobre las posibles repercusiones
que puede tener. Cuando cumplimos lo que hemos dicho se pone en duda nuestra
seriedad, nuestra honestidad, responsabilidad e integridad.
Qué bueno sería que intentemos retornar a
los tiempos en que la palabra era la mejor garantía que se podía tener. Que
aquel que no cumpla con lo que dijo, sufra de rechazo moral y social y que esa
sea razón suficiente para que no vuelva a caer en su falta.
Que se vea el incumplimiento de la palabra
como lo que representa: una desconsideración, falta de honestidad, una burla
para quienes han confiado en lo que se dijo.
Cuando esto sucede se fomenta el conflicto
y la discordia porque el incumplimiento da pie a la intranquilidad y la
desconfianza.
Qué bueno sería recuperar la confianza en
el otro y que actuemos siempre de buena fe. Que al cumplir con la palabra
facilitemos las relaciones en cualquier ámbito. Actuar con claridad nos brinda
armonía con nosotros mismo y con quienes nos relacionamos. Mantener nuestros
compromisos nos otorga credibilidad y respeto. Comprender el poder que tiene la
palabra nos obligara a ser más conscientes de lo que decimos. Tanto en los
negocios, en la política, en el amor, en todas las interrelaciones donde la
palabra interviene los seres humanos veríamos abocados a pensar bien antes de
decir cualquier cosa. Se evitaría su uso con propósitos manipuladores y se
daría paso, más bien, a la palabra como estrategia de persuasión, como
verdadero canal de comunicación entre todos quienes formamos parte de la
sociedad.
Deberíamos empezar a trabajar para lograr
que las futuras generaciones vuelvan a valorar el peso de la palabra, que ponga
cuidado en lo que dicen y que nunca menosprecien el incumplimiento de los acuerdos,
aun cuando estos no se hayan puesto por escrito. Esa seria nuestra contribución
a la construcción en la que la palabra sea sinónimo de seriedad, integridad y
compromiso con nosotros mismo y con nuestro entorno en cualquier escenario en
el que nos desenvolvamos.
LA VALORACION DE LOS SIGNOS VITALES
Los signos vitales: temperatura, respiración, pulso y tensión arterial son parámetros a través de
los cuales es posible evaluar la salud de un individuo, pues sus valores se
mantienen constantes dentro de ciertos límites, en estado de normalidad.
La valoración de los
signos vitales es una de las funciones del personal de enfermería que permite
detectar alteraciones potenciales o reales, modificatorias del equilibrio
sico-físico del individuo. Esta valoración constituye el punto de partida en la
toma de decisiones objetivas que determinan un cuidado reflexivo e individualizado
al paciente.
La temperatura es una magnitud física que expresa
el nivel de calor que ostenta
un cuerpo determinado, un objeto, un ambiente, entre otros, en tanto, la misma se encuentra estrechamente vinculada a las nociones de frío (menor temperatura) y de calor (mayor
temperatura).
Entonces, la
temperatura corporal será el nivel de calor o no que presenta un cuerpo
determinado.
La temperatura
normal del cuerpo humano, por ejemplo, variará de acuerdo a la persona, el
sexo, el consumo de líquidos y alimentos, la edad que tenga, la actividad que
realiza, el momento del día en que se encuentre y en el caso específico de las
mujeres, de la fase de ciclo menstrual en que se encuentren; el valor promedio
aceptado es de 37° C o 98,6° F, la temperatura que pasa los 38°, normalmente,
implicará que el sujeto presenta una infección o una enfermedad.
¿Qué es el pulso?
El ritmo del pulso es
la medida de la frecuencia cardiaca, es decir, del número de veces que el
corazón late por minuto. Cuando el corazón impulsa la sangre a través de las
arterias, las arterias se expanden y se contraen con el flujo de la sangre.
Al tomar el pulso no
sólo se mide la frecuencia cardiaca, sino que también puede indicar:
* El ritmo del
corazón.
* La fuerza de los
latidos.
El pulso normal de
los adultos sanos oscila entre 60 y 100 latidos por minuto. El pulso puede
fluctuar y aumentar con el ejercicio, las enfermedades, las lesiones y las
emociones. Las niñas de 12 años de edad y las mujeres en general, suelen tener
el pulso más rápido que los hombres. Los deportistas, como los corredores, que
hacen mucho ejercicio cardiovascular, pueden tener ritmos cardiacos de hasta 40
latidos por minuto sin tener ningún problema.
¿Qué es la frecuencia respiratoria?
La frecuencia
respiratoria es el número de veces que una persona respira por minuto. Se suele
medir cuando la persona está en reposo, y consiste simplemente en contar el
número de respiraciones durante un minuto contando las veces que se eleva su
pecho. La frecuencia respiratoria puede aumentar con la fiebre, las enfermedades
y otras condiciones médicas. Cuando se miden las respiraciones también es
importante tener en cuenta si la persona tiene dificultad para respirar.
La frecuencia
respiratoria normal de un adulto que esté en reposo oscila entre 15 y 20
respiraciones por minuto. Cuando la frecuencia es mayor de 25 respiraciones por
minuto o menor de 12 (en reposo) se podría considerar anormal.
El concepto de presión sanguínea es el que se aplica a
la fuerza que el torrente sanguíneo ejerce sobre los espacios por los cuales
circula (vasos capilares, venas, arterias) de modo de ser distribuida por todo
el organismo. El sistema circulatorio se basa en la circulación
permanente y constante del flujo de sangre desde el corazón hasta los lugares
más lejanos siempre a través de venas o arterias. Esta circulación tiene un
ritmo que puede ir variando dependiendo de factores muy diversos y que marca la
presión sanguínea.
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